El Barça saltó al verde de Ipurúa más maduro de como lo había hecho en sus previos desplazamientos en busca de la segunda victoria a domicilio de la temporada. Imponiendo su superioridad desde el inicio, logró el elenco de Ernesto Valverde hacer gala de su tridente para terminar venciendo por 0 goles a 3 a un siempre osado Eibar.

El Barça golpea primero

Comenzó el Barça imponiendo su ley sobre el terreno de juego mediante combinaciones al primer toque que enseguida superaron la complicada presión planteada por el Eibar de Mendilibar. El engranaje formado por Frenkie De Jong y Arthur Melo en el centro del campo volvía a funcionar a la perfección, dotando al juego culé de una fluidez que había costado de ver en este arranque de temporada. Por su parte, Messi intentaba desencallar las jugadas ofensivas alardeando de su calidad, a pesar de no mostrarse en su momento más pletórico. No tuvo ni mucho menos el argentino sus mejores momentos con la zamarra culé, cayendo dentro del área rival hasta en dos ocasiones, pero sí fue vital para conducir la superioridad ofensiva que generaba su equipo. 

Trató de generar espacios el Barcelona desde el minuto uno sobre una emblandecida zaga donostiarra, pero no fue hasta el minuto catorce cuando esa fluidez ofensiva dio sus primeros frutos. De los pies de Lenglet, que formaba en la zaga culé junto a un superlativo Umtiti que estuvo muy fiable ante el peligro local, surgió el primer gol, una asistencia desde su propia área hacia Griezmann, que con esa parsimonia que le caracteriza como ariete francés, quedaba sólo ante Dimitrovic para superarlo a placer. El primer tanto culé, que llegaba poco antes de cumplirse el cuarto de hora, propició un alivio para el conjunto blaugrana, que sosegó el encuentro. Llegaron entonces las ocasiones de un Eibar que se topó con una gran actuación de Umtiti, apagando el recital que ofrecía el conjunto de Ernesto Valverde al primer toque. Arriba, el tridente  trató de zafarse por sus propios medios a la defensa azulgrana, acompañados por el ritmo que erigía De Jong en el centro del campo. Messi, con una marcha menos de lo habitual, cerca estuvo de poner el segundo en el electrónico, pero volvía a toparse con la muralla que cimentaba sobre su marco Dimitrovic.

El Barça sentencia a la contra

La segunda mitad arrancaba con la imprevista lesión de Sergi Roberto, que en un primer tiempo alejado de sus mejores momentos, sufrió un golpe que le haría marcharse al banco dando entrada a Nelson Semedo. Cumplió el portugués con la papeleta sin estrépito. Más allá del cambio, el Barça replicó el guión mostrado en el monólogo de la primera mitad. Con Arthur y De Jong ejerciendo de maestros de ceremonias de manera excepcional, el conjunto de Valverde se hizo con la posesión y el ritmo del partido. En una de las numerosas triangulaciones que conectaban a la pareja de mediocentros con los puñales ofensivos, llegaria un segundo tanto culé de las botas del "charrúa" Luis Suárez que sería anulado por fuera de juego. No perdonaría minutos más tarde Messi, finalizando otra triangulación del ya engrasado tridente culé para poner el segundo tanto. A pesar de la distancia en el marcador, el elenco de Mendilibar seguía a lo suyo, ejerciendo una incansable presión sobre el marco de Marc André Ter Stegen que traería consecuencias. El riesgo vasco culminaría en el tercer tanto azulgrana a la contra, en este caso por obra del propio Luis Suárez que certificaba el excepcional momento de forma del tridente y los tres puntos para un Barça que se aúpa al liderato.